Mi interés por la Psicología empezó a muy temprana edad. Me encantaba escuchar y ayudar a mis amigos y familiares, aprendí muy rápido a detectar en los demás, sus estados de ánimo y me hice experta en ayudar a aquellos amigos y conocidos que lo necesitaban.

Años más tarde descubrí que eso no había sido un “don” , sino una estrategia de supervivencia, que si bien, me sirvió durante un tiempo, luego me robaba libertad y poder de elección.

También, desde pequeña, empecé a oír hablar de los derechos de los niños y eso me ayudó a ver que había cosas que no estaban bien.

Entre otras, me llevó a hacerme muchas preguntas, como, por ejemplo:

¿porque me sentía tan triste?, ¿por qué nadie trataba de entenderme, pero todo el mundo trataba de corregirme? ¿por qué los adultos se empeñaban en resaltar sólo mis defectos? ¿qué les impedía validar mis emociones? ¿Por qué los adultos me pedían que hiciera cosas que ellos mismos no sabían hacer? (¡Estate quieta!, ¡gestiona tu frustración!, ¡cálmate!)

Aquellas preguntas que me hacía, generaron en mí un profundo sufrimiento, pero decidí seguir mi vena curiosa e indagar más… crecí y encontré que la psicología me podría ayudar a obtener respuestas, así que estudié la carrera de Psicología, especialidad clínica en la Universidat Oberta de Catalunya.

Mientras estudiaba, seguían pasándome cosas que me inquietaban y que necesitaba entender.

¿Por qué me sentía tan sola? ¿Por qué necesitaba de los demás para sentirme bien? ¿Qué me impedía lograrlo por mí misma? ¿Por qué sentía tanta rabia? ¿Por qué me trataba tan mal en vez de cuidarme y quererme bien? ¿Por qué me veía como mala persona y tenía que esforzarme constantemente para demostrar que era buena?

Al acabar la carrera muchas de esas preguntas no tuvieron respuestas, pero mi empeño por encontrarlas me hizo formarme en otros lugares, y seguí indagando hasta poder dar con las respuestas que tan ansiosamente busqué y tan tranquilamente llegaron.

Ya, antes de terminar la carrera, hice el Practicum en una consulta privada y en Dendros, un centro de Psicología y formación de Barcelona, donde encontré el lugar ideal para crecer en todos los sentidos, y cursé el posgrado de Terapia integradora Dendros y Terapia de pareja.

Me apunté a la mayoría de cursos que ofrecían, pero sobre todo fue muy revelador para mí el curso sobre el Modelo del desarrollo moral de Manuel Villegas. Con él aprendí la importancia de la autonomía personal y cómo ésta se gesta a través del desarrollo.

Aprovechando mi estancia en Barcelona aprendí a entrenarme en Mindfulness en el Instituto Mensalus y realicé varios talleres del Colegio de psicólogos sobre Hipnosis, manipulación psicológica, adicción al juego…

También realicé el posgrado en Morfopsicología dirigida por el Dr. Gabarre.  ́

Este nuevo conocimiento me permitió conocerme mejor y conocer mejor a los demás, pero sobre todo me ayudó a comprender y no juzgar.

Durante mi estancia en Girona realicé el Máster en formación en psicoterapia y Teoría del Apego con la Dra. Sadurní. Allí aprendí de la importancia de un apego seguro en la infancia para un buen desarrollo en la vida.

Aprendí, también, sobre violencia de genero realizando un curso de “Intervención con madres, niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia de género” en Connexus.

Me formé en la terapia EMDR, por sus siglas en inglés Eye Movement Desensitization and Reprocessing (Desensibilización y Reprocesamiento por medio de los Movimientos oculares)  que permite procesar las experiencias pasadas y resolver las emociones asociadas, los pensamientos negativos que no son útiles por pensamientos y sentimientos positivos y así fomentar un comportamiento más saludable.

Y finalmente me hice experta en Prevención, detección y tratamiento del Abuso Sexual infantil por el Institut d’Estudis de la Sexualidad i la Parella, formándome de la mejor mano posible, la fundación Vicki Bernadet, realizando los cursos: “Abús sexual Infantil: identificació, actuació i prevenció” e “Intervención psicológica en adultos con trauma por abuso sexual infantil”.

Así que, a lo largo de mi vida, he aprendido inconscientemente a acompañar a las personas con tacto y amor, y he aprendido conscientemente por qué lo hago de la mano del conocimiento de la psicología y de la psicoterapia, con terapeutas y maestros que me han dado ese sostén tan necesario para crecer.

Gracias a ese aprendizaje ahora me dedico a acompañar a aquellas personas que no tuvieron una buena acogida en el comienzo de su vida, para que encuentren, en mí, un lugar donde poder crecer y empoderarse y así vivir sus vidas propias y dignas, pero sobre todo SUYAS.